sábado, 10 de octubre de 2009

Trastorno Especifico de Aprendizaje (TEA)

El Trastorno Específico de Aprendizaje se manifiesta en niños con inteligencia normal o alrededor de lo normal que carecen de alteraciones sensoriomotoras o emocionales severas, cuyo ambiente sociocultural y educacional es satisfactorio. Estos niños no logran un rendimiento escolar normal y presentan dificultades reiteradas en ciertas áreas del aprendizaje, funcionando bien en algunas y mal en otras. Las dificultades dependen de alteraciones en el desarrollo, de la maduración psíquica y neurológica. La presencia de las mismas se da en diferentes niveles de aprendizaje: recepción, comprensión, retención y creatividad, con relación a su edad mental y a la ausencia de alteraciones sensoriales graves. Los niños con este trastorno aprenden en cantidad y calidad inferior a lo esperado de acuerdo a su capacidad. Los factores que intervienen en los TEA pueden ser genéticos disfuncionales (daño o disfunción del SNC); psicológicos, en donde se pueden observar alteraciones en el procesamiento de la información en sus diferentes etapas (percepción, atención, memoria, lenguaje, etc) que alteran intrínsecamente el proceso de aprender. Los factores que acompañan frecuentemente a los TEA pero no los originan son: psicomotores, intelectuales, emocionales o conductuales. Los factores intervinientes que pueden constituir riesgo o alterar el pronóstico son: deprivación sociocultural o diferencias culturales con el colegio y bajo nivel de motivación. Los factores consecuentes son: reacciones de angustia o depresivas, desinterés por el aprendizaje escolar y alteraciones familiares.

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